"Antes el agua llegaba hasta allá, todo eso que ve hasta el borde estaba lleno de árboles, mire para ese otro lado e imagínese usted que el bosque era uno solo" –mientras navegábamos por la represa de Urrá en el marco del Referendo por el Agua y previa al IV Encuentro Latinoamericano de Pueblos Afectados por las Represas, los indígenas con su cuerpo pintada y luciendo bellos collares de chaquiras multicolores, recordaban con nostalgia al otrora río Sinú que no solo era la base espiritual del pueblo Embera Katío sino además la fuente proteínica que garantizaba comida para todas y todos.
El trayecto hasta la comunidad de Begidó es un cementerio de árboles gigantes que se levantaban en medio del agua, robusta vegetación a la que le tomó cientos de años erigirse como monumentos de la naturaleza y que ahora, anegados y muertos, nos recuerdan los impactos negativos que el desarrollo a mansalva ocasiona no solo a la naturaleza sino también a las comunidades. El Referendo por el Agua se embarcó en una nueva navegación por el río Sinú que hace ocho años fue represado para dar paso al proyecto hidroeléctrico Urrá I, que no solo impactó de manera irreversible y nefasta al bosque húmedo sino que también ocasionó daños severos al pueblo Embera asentado en la parte alta, así como a las comunidades de pescadores y cultivadores de la cuenca media y baja. Esta navegación está compuesta por delegados de Chile, Méjico y Guatemala, junto a otros navegantes procedentes de diversos procesos sociales de San Vicente de Chucurí, Buenos Aires-Suárez, Guarinocito, Manizales, Territorio Sur (cuenca del Tunjuelo) en Bogotá y La Cocha en Nariño, varios de los cuales padecen los prejuicios de hidroeléctricas en sus territorios.
El tambo de la comunidad de Begidó (de donde era oriundo el líder Kimy Pernía Domicó asesinado por oponerse a Urrá) se convirtió esa noche en una inmensa torre de babel refrescada por los misteriosos ruidos del bosque y del río Esmeralda que se abre paso en el bosque. En medio de la noche profunda, propios y extraños compartieron experiencias y saberes, "lo que buscan es nuestro desplazamiento y sacarnos de la cuenca, por eso debemos darnos la mano entre todos y mantenernos informados, esta alianza debe fortalecerse y así poder pelear conjuntamente" –dijo el gobernador indígena del Cabildo Mayor a los y las asistentes.
En esa medida la tarea de recoger las firmas necesarias para que el Referendo por el Agua salga adelante, se alimenta de más y nuevas razones provenientes de las regiones del país, que en su bucólico y sencillo lenguaje están interpelando al conjunto de la nación colombiana sobre el significado real del desarrollo a mansalva que viene empobreciendo a muchas comunidades en detrimento del más codiciado tesoro del país: nuestro potencial hídrico.
Si bien los impactos de la hidroeléctrica, a todas luces nefastos, un nuevo proyecto amenaza por venir: Urra II o Proyecto Sinú, que sería la estocada mortal para estos frágiles ecosistemas y para las comunidades que allí se desarrollan. Escuchando el precio en vida que pagaron muchos líderes por liderar la oposición a la obra, viendo los prejuicios agudos a la naturaleza, al río, sabiendo ahora que por ejemplo el bocachico se agotó porque su paso migratorio al desove se ve interrumpido por una inexpugnable pared gris, conociendo las contradicciones de un proyecto que fue presentado como la panacea para las inundaciones (el año pasado el Sinú se desbordó como nunca anegando a las poblaciones de la cuenca media y baja) … sabiendo, viendo, escuchando y sintiendo nos preguntamos ¿por qué quieren construir una hidroeléctrica cuyos impactos serán cinco y hasta seis veces superiores?
Motivados por la fuerza que da la razón e impulsados por saber que nuestros motivos se concentran ahora en el Referendo por el Agua, los fluvionavegantes nos embarcamos de vuelta hasta Tierralta y Montería en donde concentraríamos todos nuestros ímpetus en la recolección de rúbricas con las cuales el pueblo colombiano se pronuncie a favor del agua y de la vida.